¿QUÉ PASA MIENTRAS ESTÁS ESPERANDO?
Del sexo poco se habla. Y si bien cuando una persona queda embarazada, es precisamente gracias a este, durante este periodo la mayoría de l@s profesionales nos hablan del bebé, de sus cuidados, de qué comer y qué no, qué hacer y qué no. Pero información en cuanto a cómo seguir con nuestra vida sexual mientras todo nuestro cuerpo, nuestros hábitos y relación de pareja (si es el caso) están sufriendo cambios en 360 grados… es poca, y en muchos casos nula.
Es por esto que el sexo durante el embarazo muchas veces queda de lado -por distintos motivos- cuando la verdad es que es una parte fundamental en nuestras vidas, sobre todo cuando estamos en pareja. Es esencial que hablemos de lo que pasa en nuestros cuerpos, qué sentimos, por qué nos sentimos así, y que además obtengamos información real y directa sobre el proceso que este vive durante los 9 meses de gestación, y cómo esta influye inevitablemente en nuestra sexualidad, sobre todo en nuestras relaciones sexuales.
Antes que todo, hay que tener en cuenta que si bien existen estudios que indican ciertas tendencias en los cambios hormonales y sexuales durante el embarazo, estos van a depender de cada persona, ya que naturalmente cada embarazo es distinto. No existe una respuesta normal, ni una más válida que la otra. Cada cuerpo y persona viven estos meses a su manera.
Teniendo esto en mente, las tendencias según el periodo del embarazo que se esté viviendo, y puede resultar útil entender cuáles son y por qué se dan:
PRIMER TRIMESTRE (1-13 semanas de gestación): En esta primera parte del embarazo es cuando el cuerpo comienza a sentir los cambios de una nueva vida formándose dentro de este. Tantos cambios, ya sea físicos como hormonales, pueden generar confusión y cambios de ánimo más o menos abruptos. Si bien en las primeras semanas podrías sentir un aumento de deseo sexual relacionado al incremento de hormonas en tu cuerpo, en las semanas posteriores los cambios físicos y hormonales de esta etapa, junto a los síntomas que frecuentemente la caracterizan como las náuseas, vomito y cansancio, podrían hacerte sentir menos dispuesta a las relaciones sexuales (baja en el deseo). En el primer trimestre podría también experimentarse un aumento de la sensibilidad mamaria, lo que puede generar una gran molestia al momento del encuentro sexual, ya que esta se transforma muchas veces en dolor cuando los senos vienen estimulados directamente. Por todas estas razones, muchas veces durante esta primera parte del embarazo la frecuencia de las relaciones sexuales disminuye.
SEGUNDO TRIMESTRE (14-27 semanas de gestación): Pasadas las primeras semanas de embarazo, es probable que tu cuerpo -y tú- ya se hayan adaptado mejor a los cambios propios de esta etapa, lo que puede tener como consecuencia una “reconexión” con tu cuerpo. En este periodo del embarazo tu bebé aún no ha crecido tanto, por lo que la panza no es muy grande y aún es cómodo tener relaciones sexuales (a medida que crezca la barriga probablemente será necesario adaptar el sexo a la nueva condición del cuerpo). Diversos estudios y estadísticas concluyen que generalmente en este periodo del embarazo el deseo sexual aumenta por varias razones: la persona gestante ya ha asimilado gran parte de los cambios y su nueva condición, las molestias del primer trimestre comienzan a disiparse, y además aumentan los estrógenos y progesterona en la placenta, lo que influye directamente en el aumento del deseo sexual.
Es importante también tener en cuenta (y aprovechar) el hecho de que durante el embarazo existe una vaso congestión de la zona genital (mayor flujo de sangre) que intensifica y aumenta la sensibilidad de esta área. ¿Qué significa esto? Pues implica mayor facilidad para llegar al orgasmo, además de la intensificación del placer, lo que se traduce en orgasmos considerablemente más intensos.
TERCER TRIMESTRE (28-40 semanas de gestación): A este punto del embarazo, la barriga ya es más grande y va a crecer aún más a medida que pasen las últimas semanas del periodo de gestación, por lo que el sexo podría convertirse en un acto más complicado ya que es necesario buscar posiciones cómodas, en las que la panza no sea un impedimento (como, por ejemplo, posiciones laterales en horizontal… la famosa “cucharita”). Puede que también frente a esta dificultad, el deseo sexual baje y la frecuencia de los encuentros sexuales también; de hecho, las estadísticas indican que es en este trimestre sobre todo en el que el sexo en la pareja disminuye, tanto por la incomodidad que pueden implicar las diferentes posiciones, como por algunos temores -que pueden estar presentes en cualquier momento del embarazo- como causar un parto prematuro, un aborto espontáneo o hacer daño al bebé (todos estos son simples mitos, ya que ninguna de estas cosas comportan de verdad un riesgo para el embarazo). Además, puede también influir la ansiedad frente al parto inminente, así como la responsabilidad y cambios que conlleva esto junto al nacimiento del bebé, por lo que el sexo puede bajar en la lista de prioridades. Aún si el deseo sexual baja, y el sexo pase a segundo plano (no siempre, depende de cada caso) es importante aclarar que sigue siendo seguro tener relaciones sexuales, y lo es durante todo el embarazo, a no ser que tu médico indique lo contrario por alguna razón en particular. ¿Por qué? Porque el bebé dentro del útero está protegido tanto por los músculos uterinos como por el líquido amniótico.
Si bien es importante tener en cuenta los factores hormonales que están implicados durante el embarazo, también es necesario considerar la influencia que tiene la propia percepción del cuerpo durante la gestación. Este está en constante cambio, y no siempre es fácil aceptarlo, lo que puede traer como consecuencia que nos sintamos menos cómodas en él, y por ende exista una disminución en el deseo sexual. Por ello, es fundamental hacer lo posible por aceptar nuestro cuerpo durante este proceso, reconocer la gran tarea que está llevando a cabo, lo que es capaz de hacer, y que existan cambios durante el embarazo es normal y necesario. Se compasiva, aceptar nuestros cuerpos cuando pasan por tantos cambios (de todo tipo) no es fácil.
BENEFICIOS DEL SEXO DURANTE EL EMBARAZO
¡Los hay! Y son varios. De hecho, generalmente se aconseja fervientemente que la pareja mantenga una sexualidad activa durante el embarazo. Algunos de estos beneficios son:
- Orgasmos de mayor intensidad (como ya lo hemos dicho antes).
- Fortalecimiento del sistema inmune ya que estimula la creación de anticuerpos. También mantiene a raya la presión arterial.
- Puede disminuir molestias y dolores durante el embarazo.
- Aumenta el sentimiento de felicidad, te sientes más plena, relajada y descansas mejor.
- ¡El sexo cuenta como ejercicio! Y qué ejercicio eh. Por lo que te mantiene saludable. Además, da al bebé un suministro adicional de oxígeno.
- En términos relacionales, sirve para fortalecer el sentimiento de unión y la complicidad dentro de la pareja. Es fundamental mantener buenos niveles de comunicación durante el sexo (y siempre).
Giulietta Molinari
Psicóloga y sexóloga
@nofuelaciguena
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